¡ Ay que plato más rico ! Muy socorrido como entrante y una exquisitez antes de cualquier comida.

    Se hacen en un momento y hay que comérselas enseguida, porque se enfrían muy rápido. Por eso yo las preparo en cazuela de barro, que mantiene el calor durante más tiempo.





Ingredientes:
 

•  Una docena de gambón congelado ó gambas peladas
•  3 dientes de ajo
•  1 guindilla cayena
•  Aceite de oliva virgen extra
•  ½ vasito de vino blanco ( hasta cubrirlas )
•  Sal y pimienta
•  Perejil

 



  
Preparación:

  
    Sí utilizamos gambón como en mi caso,  lo descongelamos y lo pelamos y sí tenemos gambas ya peladas, simplemente descongelarlas con antelación y reservar.

    Calentar un chorrito de aceite en una cazuela de barro ( unas tres cucharadas soperas ). Añadir los ajos cortados en trocitos muy picaditos y saltearlos hasta que estén ligeramente dorados ( cuidado de que no se nos quemen ). También podéis cortar los ajos en láminas finas, como más os guste.

    Añadir la guindilla y a continuación las gambas con un poquito de sal y pimienta. Cocinarlas durante un par de minutos.

    Echar el vino blanco y mantener hasta que reduzca un poco, moviendo de vez en cuando con un tenedor ( durante unos 5 minutos aproximadamente ). Espolvorear con perejil picado y servir inmediatamente.


Notas:


    Utilizo gambón congelado. Siempre suelo tener en el congelador una caja de 2 kgs. ( me gustan éstas porque son grandes y cuando las cocinas no se quedan escuchimizás ).

    Pero también podéis utilizar las bolsas de gambas que vienen ya peladas y congeladas, que las hay de varios tamaños.